Tiempo desencajado,
flojo, estirado.
Tiempo transpuesto.
Todo el metal de este subte son horas.
Horas de negros.
Negros relamiendo recuerdos de sus negras.
Sudando la espera de verles la sonrisa
como yo cuando toco mi guitarra
pienso en mi negra
similares las paredes de la luna
a las que encierran el silencio
y a las tan altas
del pasillo del destino.
quien supo que alli se logra entrar
no debería salir.
el tierno rugido
inspira más respeto que el mar.
trago palabras
(las digiero por ahora sin disfrute)
como escupir para adentro
al eco estomacal
como vientos angustiosos
corren por mi túnel laríngeo
ya se que me voy a callar
un día para siempre
me tengo que callar
oir romper la última ola, y luego
la calma cansada del mar quieto
escurriéndose en ojos y tacto
calma feroz.
roto todo lo que estaba tenso
añicos, palabras nuevas.
La voy a envolver en magia de sonrisas y juego.
Le voy a escupir un verso hipnótico en la frente
que la va a tumbar en el sillón
dormida, abrazándose y sonriendo.
En el cielo azul estaba volcado el tazón naranja que derramaba eso por todo el campo. Ahí yo estaba sentado, escribiendo y con unas flores mirándola y diciendo: ¡sus trenzas! ¡no, sus mejillas! ¡no, sus trenzas! ¡no, sus mejillas! y ella corría y daba vueltas y se reía. Un verso se me enredó en el pasto y yo estaba en eso de sacarlo para apoyarlo en mi papel, muy compenetrado cuando de repente ella saltó encima mío a hacerme cosquillas en el alma. Me retorcía de risa y gritaba ¡bastaaa! y ¡paráaaa!, y ella más feliz y divertida acometía con mas ganas.
Tiempo desencajado,
flojo, estirado.
Tiempo transpuesto.
Todo el metal de este subte son horas.
Horas de negros.
Negros relamiendo recuerdos de sus negras.
Sudando la espera de verles la sonrisa
como yo cuando toco mi guitarra
pienso en mi negra
similares las paredes de la luna
a las que encierran el silencio
y a las tan altas
del pasillo del destino.
quien supo que alli se logra entrar
no debería salir.
el tierno rugido
inspira más respeto que el mar.
trago palabras
(las digiero por ahora sin disfrute)
como escupir para adentro
al eco estomacal
como vientos angustiosos
corren por mi túnel laríngeo
ya se que me voy a callar
un día para siempre
me tengo que callar
oir romper la última ola, y luego
la calma cansada del mar quieto
escurriéndose en ojos y tacto
calma feroz.
roto todo lo que estaba tenso
añicos, palabras nuevas.
La voy a envolver en magia de sonrisas y juego.
Le voy a escupir un verso hipnótico en la frente
que la va a tumbar en el sillón
dormida, abrazándose y sonriendo.